domingo, 29 de diciembre de 2013

Crepes a la canela rellenos de crema de chocolate.


 Ingredientes:

  • 2 Huevos grandes.
  • 150 gr. de harina de trigo.
  • 250 ml. de leche.
  • 1 Cucharada de mantequilla.
  • 2 Cucharadas de azúcar.
  • Una pizca de canela.

    Batir los huevos junto a la mantequilla en la batidora. A continuación añadir la leche y seguir batiendo. Añadir la harina, el azúcar y la canela y seguir batiendo hasta conseguir una crema fina y homogénea. Guardar esta crema en el frigorífico durante una hora. 

    Calentar una sartén antiadherente y verter en ella una cantidad de crema suficiente para cubrir el fondo de la sartén. Dejar tostar levemente y dar la vuelta. 

Para la crema de chocolate.

Ingredientes:
  • 4 Onzas de chocolate para fundir.
  • 1 cucharada de mantequilla.
  • 1 cucharada de miel.
    Poner el chocolate y la mantequilla a fundir al baño María. Una vez fundidos, añadir la miel y continuar removiendo hasta mezclarlo todo. Rellenar los crepes con la crema y enrollarlos.

¡Buen provecho!

sábado, 14 de septiembre de 2013

Cookies de chocolate y nueces.


Ingredientes:

·         150 g de Chocolate NESTLÉ Postres  Negro.
·         300 g de harina.
·         120 g de mantequilla.
·         110 g de azúcar moreno.
·         110 g de azúcar.
·         100 g de nueces.
·         1 huevo.
·         1 cucharadita de levadura en polvo.

Elaboración:

Batir la mantequilla ablandada con los dos tipos de azúcar hasta que esté cremosa; añadir el huevo batido, la harina y la levadura tamizadas y mezclarlo bien. Partir el chocolate en trocitos pequeños, procurando que sean de tamaño regular, y picar las nueces; agregarlo a la preparación anterior y dejarla en el refrigerador durante 1 hora. Untar una placa de horno con mantequilla y, con una cuchara, formar pequeñas porciones redondeadas, dejando espacio entre ellas. Cocerlas a horno suave (160ª) hasta que estén ligeramente doradas (de 10 a 15 minutos) y dejarlas enfriar.

¡Buen provecho!

lunes, 3 de junio de 2013

Mascarilla facial de yogur natural.

    ¡Hola a todos! Aunque este no es un blog de belleza, hoy voy a hacer una excepción colgando una mascarilla de yogur natural, que al ser también un alimento, no desentona del todo… 



    No siempre hay que gastarse un disparate en productos de cosmética para tener un cutis suave y terso. El yogurt natural puede ser perfecto para una limpieza facial unificando y aclarando el tono de la piel librándola de manchas y rojeces. También ayuda a combatir el acné hidratando y tonificando tu rostro pero sin engrasarlo. El yogur natural sin ningún tipo de añadidos se viene utilizando para el cuidado de la piel desde hace mucho, aunque dependiendo de tu tipo de piel, te recomiendo una fórmula o otra.

    Para una piel grasa: Tritura medio pepino pelado y mézclalo con medio vaso de yogur natural desnatado y un chorrito de limón. Unta la mezcla por todo tu rostro (excepto el área de los ojos) y déjalo trabajar por un cuarto de hora. Si tienes mucho acné, puede que sientas un poco de escozor, no te asustes, es normal. Luego lava tu cara con agua tibia y sécala sin frotar. (A mí me venía genial espolvorearme la cara con talco después de secar).

    Para una piel seca: Mezcla la mitad de un yogur natural con dos cucharadas de miel o un corrito de aceite de oliva. Unta la mezcla por todo tu rostro (excepto el área de los ojos) y déjalo trabajar por una media hora. Luego lava tu cara con agua tibia y sécala sin frotar. Sentirás tu piel fresca, hidratada y muy suave.


    Conviene también añadir que una mascarilla actúa mucho mejor en una piel descansada y relajada, por lo que te recomiendo que te las apliques al final del día, después de una buena ducha y justo antes de irte a dormir. A la mañana siguiente te lavas la cara con agua fresca y te pones una crema de día.

    ¡Un besote!

domingo, 24 de febrero de 2013

Regalos de Cuaresma.



    Hace tiempo oí, y no sé hasta qué punto puede ser cierto, que la razón por la cual Estepa produce y consume tal cantidad de dulces, es debido a que la calidad de la harina que se producía en el pueblo era más apta para la repostería que para panificarla. Sea como fuere, la variedad del recetario tradicional heredado de nuestras abuelas es tan amplio, que para cada festividad disponemos de unos dulces específicos. Para estas fechas en las que nos encontramos, la Cuaresma, se elaboran los típicos "Regalos".

    La tradición manda que las amas de casa, con sus hijas casaderas y los más pequeños de la casa, a la caída de la tarde se juntaran alrededor de la mesa camilla a hacer los moldes de las magdalenas, esto en algunos hogares duraba varias noches, luego, una semana o dos antes de Semana Santa se iba a los hornos de las panaderías a hacer "los regalos". Estos regalos consisten en: magdalenas, hochíos y roscos trenzados.

    Hoy por no sé qué norma de sanidad, está prohibido que personal ajeno a las panaderías elabore cualquier producto alimenticio en las panaderías, por lo cual esta tradición ha perdido gran parte de su encanto. Menos mal que algunas de estas panaderías elaboran estos dulces para la venta al público.

    Muchos recuerdos de mi infancia están ligados a olores y sabores, y uno de ellos es el de estos dulces. Recuerdo esas noches sentados en la camilla con brasero de picón, haciendo los moldes y acudiendo con mi madre y mis hermanas al horno de Rosarito en la calle Hornillos.

    A los hornos se iba por la mañana a elaborar la masa de los dulces, llenar los moldes de las magdalenas, elaborar los hochíos y trenzar los roscos. Alrededor de mediodía, "Joaquín el Satito", el marido de Rosarito, los cocía en el horno de leña, y luego a la tarde acudíamos al horno a recogerlos en unas canastas de mimbre. Para cubrir estas canastas mi madre disponía de unos mantelitos con puntillas de ganchillo elaborados por ella. Hoy al no poder acudir a los hornos a hacer los regalos, estas canastas y estos manteles han quedado obsoletos, así como las "panillas", donde se medía el aceite, el "almud" de la harina o la "pintaera". 

    Hoy no hay nadie que se siente a hacer moldes y menos alrededor de un brasero de picón, ahora estos son eléctricos... Pero el recuerdo de esos días sigue inalterable en mi memoria, y eso espero que dure para siempre.